Benicasim es una población de costa situada en la provincia de Castellón, hoy en día cuenta con más de 60.000 habitantes (muchos de ellos vecinos en época estival). El nombre Benicàssim tiene una etimología árabe (بني قاسم), derivada de “Beni-Cazen” o “Beni-Qasim”, que significa “hijos de Cazen” o “descendientes de Qasim”. Este tipo de topónimos es común en la región y refleja la organización social y territorial de la época árabe-islámica, donde las tierras se asignaban a diferentes clanes familiares.
Sí, Benicàssim tiene una rica historia que se remonta al Neolítico, con hallazgos arqueológicos como un taller de sílex en la partida de Salandó. Durante la Edad del Bronce, se encontraron restos en Monte Molino y la atalaya del Tossal. En la época ibérica, se descubrieron asentamientos en Más del Pi y hallazgos subacuáticos que indican la existencia de un embarcadero. El castillo de Montornes, mencionado ya en el año 1.067, fue un punto estratégico durante la dominación musulmana y la Reconquista. Existen fuentes populares que aseguran que la estación de tren de Benicasim fue impulsada debido a la necesidad de hacer llegar sus uvas de moscatel a Perpiñán.
El moscatel de Benicàssim es una variedad de uva que ha encontrado en esta región un entorno ideal para su cultivo. Conocida por su aroma floral, a menta y mata de tomatera, de sabor dulce; la Moscatel de Alejandría es el clon más común en Benicàssim, aunque también podemos encontrar moscatel de grano menudo. Esta uva se utiliza principalmente para producir vinos dulces y licorosos, aunque también se pueden elaborar vinos secos y espumosos.
El reconocimiento de la moscatel de Benicàssim dentro de la Indicación Geográfica Protegida de Castellón (I.G.P.) podría ser un objetivo más que interesante para los productores locales que todavía cultivan esta variedad. Este reconocimiento no solo protegería la autenticidad y calidad del producto, sino que también impulsaría su comercialización y prestigio a nivel regional y nacional en primera instancia. El moscatel de Benicàssim siempre fue valorado desde antaño como uno de los mejores. Bien conocidas son las mistelas elaboradas a partir de esta variedad autóctona.
Las zonas de producción del moscatel en Benicàssim se caracterizan por su clima mediterráneo y suelos en su mayoría calizos. Las técnicas de cultivo y vinificación han sido perfeccionadas a lo largo de los años, combinando métodos tradicionales con innovaciones modernas para garantizar la calidad del vino, desde altas parras, pasando por viñas en vaso, hasta llegar a modernas espalderas. Los vinos se han comercializado tanto a granel como en embotellado para venta al detall.
El moscatel de Benicàssim es muy versátil en la gastronomía. Los vinos dulces y licorosos son perfectos para acompañar postres, quesos azules y foie gras. Los vinos secos de Moscatel, por otro lado, armonizan bien con mariscos, pescados y arroces de todo tipo. Esta versatilidad hace del moscatel una opción a tener en cuenta para acompañar la rica gastronomía mediterránea.
El turismo en Benicàssim se ha visto beneficiado por la producción de moscatel. Las bodegas locales ofrecen visitas guiadas y catas, atrayendo a turistas interesados en el enoturismo. Además, eventos como festivales de vino y ferias gastronómicas destacan la importancia del moscatel en la cultura local, pero todavía hay mucho por hacer si se quiere rescatar un producto que ha sido seña de identidad durante siglos.
El moscatel de Benicàssim no es solo una variedad de uva; es un símbolo de la tradición y la dedicación de los viticultores locales. A través de generaciones, han sabido preservar y mejorar las técnicas de cultivo y vinificación, logrando que el moscatel sea reconocido y apreciado tanto a nivel nacional como internacional.
En resumen, el moscatel de Benicàssim es un verdadero tesoro mediterráneo. Su historia, características y versatilidad lo convierten en una variedad única y apreciada por todos. Los viticultores de la zona conocen diferentes clones de esta variedad que son autóctonos y todavía por descubrir. Quizás se podrían poner en marcha estudios con clones locales para valorar el potencial de cara a un futuro donde tanto el mercado nacional, como el internacional, apuestan por vinos blancos frescos y aromáticos; sin dudad si algo caracteriza a esta variedad terpénica es su rico aroma. Desde Vinya Natura queremos rendir homenaje a todas las personas que han trabajado y trabajan con esta variedad, no sólo en Benicàssim, sino en todo Castelló.
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